sábado, 17 de noviembre de 2012

En Calama y San Pedro de Atacama

Después de un viaje relámpago a España, un compromiso laboral relacionado con la energía, que no minería, me forzaba a estar el lunes a las 15:00 en Calama. Decidí viajar el domingo previo y disfrutar un día en mi destino soñado: "San Pedro de Atacama", el contrapunto a Punta Arenas y los glaciares

Recién aterrizado sentí la excitación del que llega a un sitio especial, sensación similar a mi llegada a Punta Arenas. De nuevo la eficiente Sky Airlines me llevó a mi destino previa parada en Copiapó, el paisaje? desierto, montañas, erosiones, manchas verdes al modo oasis, enormes cicatrices en las montañas. 


En Calama recogí mi fregoneta minera (Kit básico), perdiendo media hora en familiarizarme con el 4x4, balizas luminosas y kits de localización. Todo se me hacía muy extraño, pero el 40% de los vehículos que circulan por Calama, sede de la mina "Chuqicamata", son pickups con balizas luminosas que alcanzan los cuatro metros de altura y que descubrí que sirven para que no te aplasten los grandes camiones mineros.

Una reflexión sobre la minería: como "Europeos" tendemos a despreciar el sector minero como algo sucio, de bajo valor añadido, propio de países no desarrollados, y estamos absolutamente equivocados. Es sucia, polvorienta y hay prostitutas, pero la calidad de la ingeniería, procesos, instalaciones y puestos de trabajos es inimaginable, los criterios de seguridad los mas avanzados del mundo como se ve en mi fregoneta minera. Cada turno de mina te hacen una revisión médica con análisis de sangre y orina incluidos, si descubren restos de alcohol te quedas abajo. Sólo los anglos, y últimamente los chinos, parecen comprender este rudo mundo.

Al tiro partí a San Pedro de Atacama, donde el calor, cansancio y baja tensión me impidieron disfrutar de este "pueblo del oeste" de adobe y sin asfalto. Afortunadamente preguntar el precio en mi primer hotel me espabiló (250$/noche), finalmente me quedé en un hostal muy decente a 30 lucas/noche (50$).



Sólo tenía el Domingo y la mañana del Lunes, y muchas cosas que ver: Geiser del Tatio, Valles, salares, paso a Bolivia y pueblo de San Pedro, 1.042 habitantes, y donde una casa de dos plantas es un rascacielos.. Rápidamente cogí mi auto y a disfrutar de estar en un sitio tan al norte de Chile

Y directo al valle de la Luna, sus dunas, geografía no terrestre y blanca sal transpirando de cada piedra.




Al día siguiente me planteé ir a los Geiseres del Tatio a las 4:00AM, pero el cansancio de 16.000 km en 3 días, juerga nocturna en mi bloque el sábado previo a mi madrugón de domingo y responsabilidades laborales me hicieron replantearme todo, de mi visita laboral, anexo foto del punto de paso de la línea eléctrica sobre el rio(sin agua?) Loa


En mi regreso a Santiago pensaba en cuando volvería de nuevo, me resistía a perder el contacto con el norte, ojalá salga un proyecto que me obligué a viajar cada cierto tiempo.

El paisaje y la soledad, que a veces me llega a los huesos, combinan a la perfección. Pensaba en lo bonito de viajar acompañado, pero si se tiene que viajar sólo este es el destino perfecto. El silencio asfixia, una de las consecuencias de la altura (2500-4000m), no se ven personas (suponiendo que los turistas no somos personas), ni animales pero es el triunfo de la naturaleza.

1 comentario:

  1. Sangre trotamunda corre por tus venas, sin duda. Lo que ves es increible y muy pocos lo podran ver. Esperamos seleccion del 10 al 1 para nuestra visita ya que suena estaras po ahi algun tiempo

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